Por Máximo López hijo
Los pueblos que no conocen sus héroes, olvidan rápido su historia. No se puede hablar de historia contemporánea y dejar de mencionar a Maximo Lopez Molina –porque él- es parte vital de la historia contemporánea dominicana, también resulta imposible resumir su vida en un artículo.
Como buen cronista, apelaré a la memoria colectiva del pueblo dominicano, haciendo una fiel interpretación de los hechos pretéritos, para hablarle del ultimo comunista dominicano. Para eso he de pedirle ayuda a Clio –la musa mitología griega- para que custodie mi escrito.
Si bien es cierto que el ser humano creo la escritura ante la necesidad de comunicarse, y poner por escrito sus ideas, así tiene la historia la necesidad de contar los acontecimientos que la conforman, analizando su pasado, dándole seguimiento al conocimiento de las corrientes históricas, utilizando fuentes fiables.
Este hombre luchó sin descanso contra la alienación del pueblo, haciendo suyo todo el conocimiento y el ideario de quien es nombrado el pensador del milenio: Karl Marx, considerado el gran arquitecto de la ciencia moderna, con la visión del socialismo científico. Para él, la doctrina de Marx era todopoderosa.
Maximo fue un patriota, un nacionalista y un líder nato, quien dio lo mejor de sí por su amada patria, sin pasar nunca factura, porque para él, «la patria es ara, no pedestal».
Enfrentó a Trujillo como tenía que ser –de cara frente al sol – luchando en su misma madriguera, trajo al país, junto a Andrés Ramos Peguero, el Movimiento Popular Dominicano (MPD) partido político que encendió la llama de la libertad dominicana.