En un mundo donde las desigualdades siguen siendo una triste realidad, la labor del Padre Gregorio Alegria en la República Dominicana es un ejemplo a seguir. Este sacerdote español ha dedicado su vida a ayudar a los necesitados en este país caribeño durante más de 46 años.
Desde que llegó a la República Dominicana en 1976 como misionero de los Padres Vicentinos, el Padre Alegria ha estado trabajando incansablemente para mejorar la vida de las personas en las comunidades más pobres. Junto con sus colegas, estableció un dispensario, escuelas y un equipo de promoción para trabajar en la catequesis, evangelización y varios proyectos sociales.
Una de las comunidades bajo la jurisdicción de la Parroquia de San Vicente de Paúl es La Vieja Barquita, donde establecieron una escuela para adultos y una escuela para niños. Pero cuando llovía, las casas de los habitantes se inundaban, y los políticos aprovechaban la situación para distribuir ayuda. Después de una visita del presidente Danilo Medina, se ordenó hacer un censo y luego se construyó la Nueva Barquita, una comunidad con todas las comodidades necesarias para que sus residentes vivan con dignidad.
El Padre Alegria continúa guiando el trabajo de la escuela, la iglesia y la Nueva Barquita con prudencia, siguiendo los pasos de San Vicente. Su dedicación a los necesitados es un ejemplo de amor y servicio que inspira a muchos.
Bendiciones padre Gregorio. Soy hermana DANY tengo un pequeño misión cada años para ir en Haití a ayuda a los jentes pobre entonces este años la cosa me complico porque mi esposo falleció y por eso estoy buscando un poco ayuda