Por: José A. Gomera
En un pequeño pueblo llamado Vallesombra, donde las leyendas y lo inusual se entrelazaban con la vida cotidiana, se llevaba a cabo una elección muy peculiar. Dos candidatos habían surgido para competir por una diputación en la cámara de diputado: una serpiente y un personaje conocido como Don Dinero.
La serpiente era una cascabel, astuta y elocuente. Aunque su forma de hacer política de sus seguidores solía alejar a muchos, tenía una lengua afilada que encantaba a los habitantes del pueblo. Por otro lado, Don Dinero era un hombre corpulento, vestido con un traje impecable y rodeado siempre de un aura de riqueza y poder. Su fortuna era conocida en todo Vallesombra, y muchos lo veían como un símbolo de éxito y prosperidad.
La campaña electoral fue intensa y llena de intrigas. La serpiente recorría el pueblo. Sus discursos estaban llenos de pasión y promesas trabajo porque ella era la dirección de estrategia de una gran empresa llama verdes ecology . Por otro lado, Don Dinero prefería los anuncios publicitarios ostentosos, mostrando su riqueza y prometiendo inversión en infraestructura y desarrollo económico.
El día de las elecciones llegó, y el pueblo se dividió entre los partidarios de la Serpiente y los seguidores de Don Dinero. Las urnas se llenaron de votos, y la tensión en el aire era palpable. Finalmente, llegó el momento de contar los votos.
Para sorpresa de nadie, Don Dinero ganó por un amplio margen. Su victoria fue recibida con alegría por algunos y con rabia por otros. Don Dinero aceptó su Victoria con elegancia.
Con el paso de las semanas la Serpiente pierde la presidencia de la fundación la mina digna, por parte de un amigo de Don Dinero llamado Ronny. Y meses después la serpiente recibe otro duro golpe, la empresa que ella era miembro de la dirección de estrategia, hizo una restructuración y la serpiente quedo fuera de la dirección de estrategia. Por ya no contar con dicho cargo, mucho se fueron distanciando de la serpiente.
gracias a loultimodigital por publicar este escrito