Por Máximo López hijo
El ciclo neoliberal trajo por los pelos a un empresario a la actividad política, quien pensaba que la política era un juego -pero no lo es- la política se asemeja a un océano en turbulencia, que debe ser manejado por alguien con experiencia.
El pasado 16 de agosto, el gobierno del “cambio” cumplió dos años de estar en el poder ¡increíblemente! el pueblo lo percibe como un gobierno «viejo y cansado». A ellos, les cabe la estrofa del poema del renunciamiento: “pasarás por mi vida sin saber que pasaste” de José Ángel Buesa
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Usted no se ha dado cuenta de que se le está acabando el tiempo: señor presidente, que este pueblo, al que vistió de pobreza, muy pronto saldrá del estado de coma inducido al que lo ha llevado, porque cuando a un pueblo le quitan la esperanza, la decepción y la frustración tienden a arrugarle el alma.
Su gobierno es una realidad plagada de lágrimas y dolor -que no se convertirá en resignación- y cómo no hay religión más elevada que la verdad, dentro de poco será un pasado, el cual no recordaremos nunca, ya lo dice el refranero popular “fracasar es parte del proceso para encontrar soluciones” y la solución es: SE VAN.