Por Bruno Valdeiras
Desde su formación en La Habana, Cuba, en el año 1939 hasta sus ascensos al poder en los años 63, 78, 82, 2000 y 2020, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) ha sido el cáncer político más grande que jamás haya tenido la República Dominicana.
Sus resultados en la administración pública han sido desastrosos, tanto en lo económico, político y social. Ese mal manejo del aparato del Estado se refleja en el mismo partido como un karma, porque ha dado como resultado el derrocamiento de su primer presidente, el suicidio del segundo, su tercero a la cárcel, el cuarto desacreditado y este último no lo está haciendo bien.
Pero lo que más molestó a sus simpatizantes fue que el PRD nunca fue en realidad un partido político, sino que eran grupos o facciones adheridas a un nombre. Esa organización estaba compuesta por grupos democráticos, otros de izquierda, revolucionarios, comunistas, huelguistas, liberales y conservadores; cada facción tenía su propio cacique, como líder de la tribu.
Era tanta la discordia entre los grupos que el profesor Juan Bosch decidió formar, en el año 73, con el grupo de comunistas del PRD y de otros partidos el hermano gemelo, el cual se llama PLD (Partido de la Liberación Dominicana). La misma basura, pero diferente zafacón. Cabe recalcar que entre esos nuevos dirigentes se encontraba un joven licenciado proveniente del PACOREDO (Partido Comunista de la República Dominicana), llamado Danilo Medina Sánchez.
El profesor Bosch se fue, pero antes de irse del PRD dijo la célebre frase: Me voy del PRD, porque ha pasado de ser el partido del pueblo a una empresa privada en beneficio de unos cuantos.
Traiciones, clientelismo, expulsiones, sillazos, tiros, patadas voladoras y hombres por los aires fue el gran espectáculo y el pan nuestro de cada convención del PRD, sólo superado por la empresa dominicana de espectáculos del campeón de la bolita del mundo, Jack Veneno.
Por estas cosas es que ese partido ha durado más tiempo en la oposición que en el gobierno. En mi humilde opinión, creo que a ese partido hay que hacerle un exorcismo, sacarle los malos espíritus y después rosearlo con agua bendita.
Ahora, después de 20 años fuera del poder y con otro nombre, vuelve el PRD; ahora, rápido y furioso para engañar a la población, se hacen llamar PRM (Partido Revolucionario Moderno). Imagínense ustedes qué de moderno puede tener ese partido donde usted tiene a momias políticas como Milagros Ortiz Bosch, Hipólito Mejía y demás yerbas aromáticas.
Tienen el mismo sistema de gobierno que los sacó del poder; están análogos y son retrógradas que no entienden que vivimos en la era de la informática y la democratización de los medios de comunicación.
Los mismos ineptos ahora, ligados algunos de sus miembros al narcotráfico, eso es nuevo; también son prohaitianos declarados; antes también lo eran porque hasta querían que un político que tenía impedimento constitucional, debido a que tenía ambos padres haitianos, nos gobernara.
No han cambiado, pero yo «te conozco bacalao, aunque vengas disfrazao».