Por Milton Olivo
La sociedad actual demanda cambios profundos en múltiples áreas para avanzar hacia un futuro más justo y sostenible.
Entre estas áreas, las reformas constitucional, tributaria y mental son esenciales para lograr un progreso real y significativo.
La Constitución es la base legal y moral de cualquier país. Una reforma constitucional es necesaria para adaptar las leyes fundamentales a los cambios sociales, económicos y políticos contemporáneos.
Esta reforma debe ser inclusiva, abarcando los derechos de todos los ciudadanos y garantizando una representación equitativa y justa.
El sistema tributario actual perpetúa desigualdades y privilegios injustos. Una reforma tributaria es crucial para:
Reducir el déficit fiscal: Ajustar los impuestos y eliminar gastos innecesarios.
Eliminar subvenciones a grupos privilegiados: Asegurar que los recursos públicos beneficien a todos, no solo a una élite.
Asegurar que quienes más tienen, más aporten: Crear un sistema progresivo donde los ingresos más altos contribuyan proporcionalmente más al bienestar común.
La reforma mental implica un cambio en la mentalidad muy especialmente de la clase política opositora. Es vital dejar atrás la mediocridad y la costumbre de criticar sin proponer alternativas.
Es necesario fomentar una cultura de pensamiento crítico y constructivo, donde la oposición no solo se enfoque en señalar fallos, sino también en proponer soluciones viables.
La oposición tiene un papel crucial en este proceso de cambio. En lugar de centrarse únicamente en criticar, debe:
Crear grupos pensantes: Equipos dedicados a la investigación y propuesta de políticas innovadoras.
Fijar una posición clara: Establecer y comunicar claramente sus propuestas y alternativas.
Abandonar la crítica vacía: Dejar de lado la crítica sin fundamento y enfocarse en aportar soluciones concretas.
Es de locos pretender alcanzar objetivos diferentes como país haciendo las cosas de la misma manera. La oposición debe reconocer la necesidad de estas reformas y trabajar activamente para implementarlas.
Estamos en una era de cambio, y continuar atando a la sociedad a lo mismo de siempre solo nos llevará al estancamiento.
Las reformas constitucional, tributaria y mental son imprescindibles para el desarrollo y progreso de nuestra sociedad. Es tiempo de dejar atrás las prácticas obsoletas y abrazar el cambio con una actitud constructiva y proactiva.
La oposición debe liderar con el ejemplo, proponiendo soluciones reales y trabajando en conjunto para hacer realidad una Quisqueya potencia.
El autor es activista por una Quisqueya potencia.
