POR RAFAEL MÉNDEZ
Para el ex presidente Joaquín Balaguer “los únicos políticos que no
tienen futuro político, son los muertos”, y para el fenecido ex
presidente de Estado Unidos Richard Nixon, esa axiomática realidad se
produce “cuando baja el telón en la carrera de un líder”.
“Cuando se baja el telón, en una obra dramática, los espectadores
salen del teatro y se van a sus casas a reanudar su vida normal.
Cuando baja el telón en la carrera de un líder, la existencia del
público ha cambiado, y el curso de la historia puede haber variado
profundamente”.
En su libro “Lideres”, que tiene como subtítulo “Hombres que dejaron
huella. Líderes que cambiaron el mundo”, agrega que “la fórmula lo
infalible para colocar a un líder entre los grandes tiene tres
elemento: un gran hombre, un gran país y una gran causa”.
Nixon habla por experiencia propia porque “durante los últimos
treinta y cinco años, he tenido la oportunidad excepcional, de
estudiar de cerca a los líderes del mundo. A los más destacados del
periodo de la posguerra los conocí casi a todos, menos a Stalin”…
“He visitado más de ochenta países, y no sólo he tratado con sus
dirigentes, sino que he observado también las condiciones en las que
actuaban. He visto a unos gobernantes triunfar y a otros fracasar, y
he tenido ocasión de analizar las razones que les llevaron a ello
desde la perspectiva de mi propia experiencia”.
En su libro “Lideres”, el fenecido presidente Nixon recoge su
experiencia, el conocimiento, las relaciones política y personal que
cultivó, y las diferencias que dilucidó con ellos, y de ahí que con
mucha autoridad pudo afirmar que “habiendo conocido tanto las cimas
como las simas de la vida pública, he aprendido que no pueden
apreciarse las alturas a menos que se conozcan también las honduras”.
La introducción del libro lleva como título “hombres que dejaron
huellas. Líderes que cambiaron el mundo”, y en el subtítulo interpreta
la personalidad de cada uno de ellos.
De Winston Churchill, dice que es “el ser más grande de nuestro
tiempo”, de Charles de Gaulle, destaca “la mística del líder”, de
Douglas Macarthur, destaca “el encuentro de oriente con occidente”, a
Konrad Adenauer, lo define como “El telón de acero de occidente”, de
Nikita Jrushchov, establece que encarna “La brutal voluntad del
poder”, y de Zhou Enlai”, dice que es “el mandarín revolucionario”.
Por problema de espacio solamente voy a reproducir una cita de Winston
Churchill, a quien el fenecido mandatario de Estados Unidos lo define
como “el ser humano más grande de nuestro tiempo”, al tiempo que
destaca la gran admiración que sintió desde ante de conocerlo
personalmente, “pero que recuerdo la impaciencia, la excitación
incluso, que sentí aquel día mientras esperaba que llegara su avión”.
Y ahí se explaya a valorar la persona de Churchill, uno de los líderes
más destacado del siglo 20, y que a pesar de que “ya había viajado yo
extensamente por el extranjero y conocía a muchos líderes nacionales e
internacionales y a numerosas celebridades, pero ninguna igualaba a
Winston Churchill como héroe de leyenda”.
“Hay momentos, en política en que deben arrastrarse serios riesgos. La
apuesta es tan alta como pueda imaginar, y el resultado será
implacablemente tajante: éxito o fracaso. La gente de fuera de la
arena política o los novatos en política no comprenden a menudo las
cualidades especiales requeridas para asumir riesgos políticos…
“En política, empero, correr un riesgo significa actuar por simple
intuición y valor y tener la capacidad de mostrarse decidido en el
momento adecuado”.
Sea Usted el Jurado.
(El autor es Periodista-Ex Diputado)