Por Milton Olivo
En la dinámica política de las sociedades democráticas, el bienestar de las bases partidarias de un partido en el poder es un factor determinante para la estabilidad y su continuidad en el gobierno.
Este principio fundamental cobra especial relevancia en el caso del Partido Revolucionario Moderno (PRM), cuyo éxito futuro depende en gran medida de mantener y fortalecer el apoyo de sus seguidores.
Históricamente, hemos aprendido lecciones cruciales de errores pasados. La era de los Restauradores en la República Dominicana es un ejemplo elocuente de cómo las decisiones políticas no respondiendo a lo afirmado, pueden influir en el destino de una nación durante décadas.
El error de preservar las propiedades de los grupos anexionistas locales, que se exiliaron con las tropas españolas, en lugar de distribuirlas entre los verdaderos artífices del triunfo, los humildes soldados restauradores, tuvo consecuencias devastadoras.
Este fallo no solo privó a aquellos que habían luchado por la independencia de los frutos de su victoria, sino que también allanó el camino para el regreso de la represión y la corrupción representadas por los anexionistas.
La lección es clara: para mantener el respaldo popular y evitar la repetición de errores del pasado, es imperativo priorizar el bienestar de aquellos que constituyen el pilar del partido y, en última instancia, del gobierno.
En este sentido, es fundamental impulsar iniciativas que fomenten el crecimiento económico de los sectores que han sido fundamentales para el éxito del gobierno del cambio. El General Luperón no entendió esto, al permitir el regreso de los exiliados, preservar y devolver sus propiedades, en vez de distribuirlas entre sus soldados.
Provocando que la influencia económica de estos individuos, terminara llevando a la imposición del conservador Buenaventura Báez en la presidencia, sacando los Restauradores del poder, y desviando el curso de la historia hacia la represión y la corrupción del pasado, hasta 2020.
Para evitar que la historia se repita, debemos asegurarnos de que aquellos que han respaldado el cambio, se conviertan en una clase económica pujante, siendo beneficiarios de políticas y programas destinados a promover su bienestar y prosperidad.
En última instancia, la continuidad en el poder del PRM está intrínsecamente ligada al bienestar de sus bases. Al fortalecer y empoderar a estas bases, no solo aseguramos el futuro del partido en el poder, sino que también sentamos las bases para un país más justo, próspero y democrático para todos sus ciudadanos.
De ahí la necesidad de impulsar el desarrollo de nuevos sectores productivos, donde esa base y esa dirigencia pueda construirse su espacio. Por ejemplo, impulsar la creación de un tejido de agroindustrias municipales, para crear una economía basada en la transformación de productos agropecuarios con potencial exportable. Lo que incentivará la producción.
El desarrollo del sector pesquero industrial, impulsar las granjas acuícolas, impulsar la maricultura o cría de peces en el mar, y su posterior industrialización. Actividades donde nuestras bases podrían fácilmente ser capacitadas para liderar estos sectores. Y facilitaría que estén en capacidad de educar sus hijos para que sean los líderes del futuro.
*El autor es dirigente del PRM y activista por una Quisqueya potencia
