Por: Danny Pujols
SANTO DOMINGO,RD.-En solo tres meses de gestión, Dioris Anselmo Astacio Pacheco ha demostrado que la sindicatura está muy por encima de su capacidad como gerente.
Mientras él se autoproclama incansable trabajador en las redes sociales durante la madrugada, la realidad que enfrentamos es desoladora: nuestras calles se convierten cada día más en un vertedero urbano.
La falta de recepción a los miembros del PRM, quienes deberían ser aliados en la construcción de un mejor futuro para nuestra comunidad, es solo el comienzo de sus desaciertos.
Astacio Pacheco se ha erigido como un enemigo declarado de la prensa local, restringiendo el acceso a la información y negándose a enfrentar las críticas constructivas que podrían ayudar a rectificar el rumbo.
Esta actitud no solo socava la confianza en su administración, sino que también va en contra de los principios democráticos de transparencia y responsabilidad.
Además, la gestión de los residuos y la limpieza urbana se ha deteriorado notablemente bajo su liderazgo.
La basura se acumula en las calles, creando un entorno insalubre y desagradable para los residentes.
Los ciudadanos han reportado repetidamente la ineficacia de los servicios municipales, pero sus quejas parecen caer en oídos sordos.
A esto se suma la desconexión de Astacio Pacheco con la comunidad. No solo ha ignorado a los miembros del PRM, sino que también ha mostrado una indiferencia preocupante hacia los problemas reales de la ciudad.
La falta de comunicación efectiva con los líderes comunitarios y la negativa a colaborar con la prensa local para abordar los problemas existentes son indicativos de una administración que opera en un vacío, alejada de las necesidades y preocupaciones de sus ciudadanos.
Mientras tanto, en las redes sociales, Astacio Pacheco intenta pintar una imagen de diligencia y compromiso, una fachada que no se refleja en las condiciones actuales del municipio.
Este desajuste entre su presencia digital y la realidad tangible no solo es engañoso, sino que también pone en duda su capacidad para gestionar de manera efectiva los recursos y enfrentar los desafíos de la ciudad.
Es vital que el PRM y todos los ciudadanos exigentes reevalúen esta elección y busquen soluciones efectivas que pongan fin a esta crisis de liderazgo local. La voz de la comunidad no puede ser ignorada mientras nuestras calles se llenan de basura y nuestros problemas son relegados al olvido.
La transparencia, la responsabilidad y el compromiso genuino con el bienestar de los ciudadanos deben ser las piedras angulares de cualquier administración eficaz.
La situación actual exige un cambio drástico y urgente. Los ciudadanos deben alzar sus voces y demandar rendición de cuentas, mientras que los líderes del PRM deben reconocer y corregir este grave error estratégico.
Solo a través de un esfuerzo colectivo y decidido podremos aspirar a un futuro mejor para nuestro municipio, uno en el que los líderes cumplan con sus promesas y trabajen verdaderamente por el bienestar común.