Por Danny Pujols
SANTO DOMINGO ESTE.-En un momento crítico para el Ayuntamiento de Santo Domingo Este (ASDE), la falta de una oposición constructiva ha puesto en evidencia una preocupante desviación de los principios fundamentales que deberían guiar la labor de los concejales opositores.
En lugar de cumplir con su rol de fiscalizadores y defensores de los intereses municipales, los concejales han optado por un enfoque que prioriza beneficios personales sobre el verdadero propósito de su función.
El alcalde Dioris Anselmo Astacio Pacheco ha sido criticado por hacer numerosas promesas a la ciudadanía que, lamentablemente, rara vez ha cumplido.
Esta situación ha sido aprovechada por los concejales de la oposición, quienes, en lugar de trabajar de manera constructiva para mejorar la administración municipal, se han enfocado en buscar fallos para obtener beneficios personales.
Este enfoque no solo ha descuidado la función de fiscalización que es su deber, sino que también ha contribuido a una atmósfera de desconfianza y falta de transparencia en el ASDE.
Sorprendentemente, los concejales de la oposición han demostrado ser menos críticos respecto a las malas ejecutorias del alcalde que los concejales del Partido Revolucionario Moderno (PRM), el mismo partido que llevó a Astacio Pacheco al poder.
Los concejales del PRM ahora lamentan haber apoyado su candidatura y se han convertido en críticos más severos de su gestión. Esta diferencia en la crítica y el enfoque resalta una falta de coherencia y responsabilidad en la oposición actual, que debería ser un modelo de fiscalización rigurosa y efectiva.
Es de vital importancia que los altos dirigentes de los partidos de oposición asuman un papel más proactivo en guiar a sus miembros en el cabildo. La verdadera oposición debe basarse en la fiscalización rigurosa y en la búsqueda de soluciones que beneficien a la comunidad.
En lugar de centrarse en beneficios personales, los concejales deberían reorientar su esfuerzo hacia el cumplimiento de sus deberes, promoviendo la transparencia y la rendición de cuentas en la gestión del alcalde.
La ciudadanía merece un gobierno local que funcione con eficacia y que esté sometido a un control riguroso y honesto. La oposición, en su papel de fiscalizador, tiene la responsabilidad de garantizar que los recursos y las promesas sean manejados de manera adecuada y que se rindan cuentas claras sobre su uso.
La actual situación exige un cambio en el enfoque de los concejales opositores, que deben asumir con seriedad su función para servir verdaderamente a los intereses de los ciudadanos de Santo Domingo Este.
Este llamado a la reflexión y al cambio no solo es necesario, sino urgente. La comunidad confía en que sus representantes trabajen en beneficio de todos y no en busca de intereses personales. Es el momento de que los concejales de la oposición se alineen con los principios de responsabilidad y transparencia que la ciudadanía demanda.
