Por Máximo López hijo
La imparcialidad en política no existe, por eso, cuando se tratan temas políticos, se debe ser objetivo y no dejarse arrastrar por las emociones, ser lo más neutral y ecuánime que se pueda.
Cuando el universo conspira a favor de alguien, le crea y aporta las condiciones para que ocurra un evento determinado. Eso sucedió en el 1996, nadie creía que un novato de la política criolla llamado Leonel Fernández, podía vencer a un gigante de la estatura de Peña Gómez, uno de los oradores y dirigentes de masas más grande que haya parido tierra dominicana -pero el universo obró y se dio el evento- Un evento que trajo de pelos el proceso de segunda vuelta electoral «cincuenta por ciento más uno».
Todavía retumban en las paredes del Centro Olímpico la voz enérgica del Dr. Balaguer diciendo: “el camino malo está cerrado” sellando así el triunfo del “Frente Patriótico” el 30 de junio en segunda vuelta. Desde esa fecha no ha sido necesario la segunda vuelta electoral en la República Dominicana -hasta ahora- en el 2024 nuevamente, el universo moverá los hilos invisibles de lo que algunos llaman “destino” y colocará nuevamente al tres veces presidente Leonel Fernández, en la presidencia de la Republica en una segunda vuelta.
Así funciona el universo, regido por eventos cíclicos. El presidente Luis Abinader no podrá reelegirse, los números no le dan para irse en una primera vuelta.
Si el presidente Abinader pusiera los oídos en el corazón del pueblo, podría escuchar al ciudadano común de clase media y a los más necesitados decir: “la cosa no esta buena” “tó tá caro” “la comida tá cara” “imagínate, los chelitos no rinden”, y es que el “gobierno del cambio” ha creado una bola de nieve de disgusto en toda la geografía nacional -como la creada por Hipólito Mejía y el PRD en el 2004- con la carestía de la comida, a un pueblo que piensa con la barriga
Ya “la suerte está echada” como dijera una vez Julio Cesar, no hay marcha atrás y Leonel irá a paso de vencedor, porque no saben gobernar y eh pá fuera que van.