Por Roberto Veras
SANTO DOMINGO. -La historia de Cristóbal Colón, el navegante genovés que cambió el curso de la historia al llegar a América en 1492, no solo está rodeada de hazañas y descubrimientos, sino también de un enigma que ha desconcertado a historiadores durante más de dos siglos: el paradero de sus restos mortales.
Desde su muerte en 1506, los restos de Colón han tenido una travesía tan compleja como las rutas que él mismo navegó. Sin embargo, es en la República Dominicana donde se encuentra el epicentro de esta controversia, con descubrimientos que han desatado debates internacionales y que, hasta el día de hoy, siguen sin resolverse.
Cristóbal Colón falleció en Valladolid, España, en 1506. Inicialmente, fue enterrado en esa ciudad, pero años después sus restos fueron trasladados a Sevilla, donde descansaron en el monasterio de La Cartuja. Sin embargo, en 1537, atendiendo al deseo de Colón de ser enterrado en el «Nuevo Mundo», sus restos fueron llevados a la Catedral de Santo Domingo, en la isla La Española (actual República Dominicana).
Supuesto resto de Colón en Sevilla
La historia de los restos parecía llegar a su fin hasta 1795, cuando España cedió la parte oriental de La Española a Francia tras perder la guerra y firmar el Tratado de Basilea. Ante esta situación, los españoles decidieron trasladar los restos de Colón a La Habana, Cuba, para evitar que cayeran en manos francesas. Cuando en 1898 Cuba logró su independencia, los restos fueron nuevamente trasladados a la Catedral de Sevilla, donde, según los registros oficiales, descansan hoy.
El enigma surgió en 1877, cuando, durante unas obras de restauración en la Catedral de Santo Domingo, se descubrió un nicho en el Presbiterio que contenía una urna con inscripciones que indicaban que allí descansaban los restos de Cristóbal Colón. Este hallazgo fue una sorpresa monumental, ya que se asumía que los restos habían sido llevados a Cuba y, posteriormente, a Sevilla.
El historiador y sacerdote dominicano Antonio Delmonte y Tejada fue uno de los primeros en documentar el hallazgo. Según él, este nicho se encontraba muy cerca del lugar donde originalmente se habían colocado los restos de Colón. La pregunta entonces fue evidente: ¿acaso los españoles se llevaron los restos equivocados en 1795? ¿Podría ser que los verdaderos restos de Colón nunca salieron de la República Dominicana?
Resto de Colón en República Dominicana
Este descubrimiento reavivó el interés internacional y ha generado una gran controversia entre historiadores y científicos. Luis José Peguero, otro historiador dominicano, sostiene que es posible que los restos se hayan quedado en Santo Domingo debido a un error durante la exhumación de 1795.
A su vez, el historiador Fernand Braudel, en su obra El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II, menciona que los traslados de restos en esa época no siempre se realizaban de manera meticulosa, y que el error en la exhumación de Colón no sería sorprendente dado el contexto político y social del momento.
Este hallazgo ha creado una disputa histórica entre España y República Dominicana. Mientras en Sevilla se afirma que los restos de Colón fueron depositados en su catedral en 1898, la República Dominicana sostiene que los restos descubiertos en 1877 son los auténticos.
En 2003, España permitió que un equipo de investigadores dirigidos por el profesor José Antonio Lorente, experto en genética forense de la Universidad de Granada, analizara los restos de Colón en Sevilla mediante pruebas de ADN. Compararon el ADN con los restos de su hijo Diego Colón, cuyos restos también se encuentran en Sevilla.
Los resultados de estas pruebas parecieron confirmar que los restos de Sevilla eran auténticos. Sin embargo, la República Dominicana no ha permitido hasta ahora la realización de pruebas genéticas a los restos descubiertos en Santo Domingo, lo que mantiene viva la controversia.
El biógrafo de Colón, Samuel Eliot Morison, autor de Admiral of the Ocean Sea, argumenta que los restos hallados en Santo Domingo probablemente no sean los de Colón, y que la confusión se debe más a errores administrativos que a un misterio profundo.
No obstante, otros investigadores, como Esteban Mira Caballos, autor de Cristóbal Colón: El almirante de las Indias, sugieren que la complejidad de los traslados de restos y los registros contradictorios abren la posibilidad de que los huesos de Colón nunca hayan salido de La Española.
El misterio de los restos de Cristóbal Colón sigue sin resolverse, y hasta que no se realicen estudios de ADN comparativos entre los restos de Santo Domingo y los de Sevilla, la polémica continuará. ¿Podría ser que los huesos del descubridor de América jamás hayan dejado el Caribe? ¿O será que, tras múltiples traslados, reposan en la catedral de Sevilla, tal como afirman las autoridades españolas?
El historiador dominicano Frank Moya Pons ha señalado que esta disputa es más que una simple cuestión arqueológica; es una disputa por el legado de uno de los personajes más influyentes de la historia. “Colón pertenece a la humanidad”, afirma Moya Pons, “y saber dónde descansan sus restos no solo es un interés dominicano o español, sino un asunto de importancia global”.
Hasta que no se realicen estudios concluyentes, el misterio de Cristóbal Colón seguirá siendo uno de los grandes enigmas de la historia. Mientras tanto, tanto España como República Dominicana mantienen la firme convicción de que poseen los verdaderos restos del almirante.
El deber de un hombre, es estar donde es más útil.