Por : Fernando Alcántara
En la República Dominicana, las candidaturas independientes se han consolidado como una alternativa clave en el sistema electoral, buscando abrir un espacio para los ciudadanos más allá de las tradicionales estructuras de los partidos políticos. Esta modalidad de participación electoral tiene como objetivo dotar a los votantes de una opción legal que se distinga de las propuestas ofrecidas por las fuerzas políticas establecidas, lo que permite fortalecer los derechos ciudadanos y poner fin al monopolio de los partidos.
Desde su regulación en la Ley No. 386 de 1926, las agrupaciones independientes han tenido un marco legal que las diferencia claramente de los partidos y movimientos políticos. Esta ley, en su artículo 136, define a las candidaturas independientes como una figura que debe ser tratada de manera distinta a los partidos tradicionales, otorgando un espacio legal para quienes no se alinean a ninguna organización política específica.
El Tribunal Constitucional ha reafirmado la legalidad de este modelo, como se establece en la sentencia 0788/24, al hacer referencia al artículo 22 de la Constitución Dominicana, que señala de manera tajante: “Son derechos de ciudadanas y ciudadanos elegir y ser elegibles”. Este principio fundamental subraya que todos los dominicanos tienen el derecho de ser parte activa del proceso electoral, ya sea como votantes o como candidatos, sin necesidad de depender exclusivamente de los partidos políticos.
A nivel internacional, el voto independiente no es una práctica exclusiva de la República Dominicana. Países como Costa Rica, Estados Unidos, México y Argentina han integrado en su legislación este tipo de candidaturas, mostrando que el voto independiente es una práctica común en democracias consolidadas, permitiendo a los ciudadanos contar con opciones más diversas y representativas.
El Tribunal Constitucional ha avalado la legalidad y la importancia del voto independiente en la República Dominicana, estableciendo que es una expresión válida y necesaria para fortalecer la democracia. Este paso no solo da cumplimiento a la Constitución, sino que también abre las puertas para una mayor participación ciudadana, fortaleciendo el sistema democrático y promoviendo un espacio más equitativo para las elecciones. ¡Viva la democracia!
