Por Danny Pujols
SANTO DOMINGO ESTE.-La situación financiera de los ayuntamientos en la República Dominicana ha alcanzado niveles críticos, y el municipio Santo Domingo Este (SDE) no es la excepción. Los ayuntamientos enfrentan serios obstáculos para captar los recursos necesarios para abordar los problemas municipales, especialmente la recolección de desechos sólidos. Esta tarea, esencial para garantizar la salubridad y el orden en las comunidades, se ve constantemente comprometida por la insuficiencia presupuestaria.
El gobierno central, lejos de cumplir con lo estipulado por la ley, entrega apenas un 2.98% del 10% de los ingresos nacionales que deberían ser destinados a los municipios. Este desbalance financiero coloca a las alcaldías en una situación de déficit perpetuo, obligándolas a operar con recursos limitados y priorizar tareas, muchas veces en detrimento del bienestar colectivo.
A esta problemática estructural se suma un problema igual de alarmante: el manejo inadecuado y opaco de los recursos por parte de algunos alcaldes. La falta de transparencia y la priorización de intereses particulares o de terceros sobre las necesidades de los ciudadanos deterioran la confianza en las autoridades locales.
En SDE, como en muchos otros municipios, la gestión ha estado marcada por decisiones cuestionables, que van desde contratos poco claros hasta gastos injustificados que no aportan soluciones reales a los problemas comunitarios.
El manejo inadecuado de los fondos públicos y la ausencia de rendición de cuentas contribuyen a perpetuar una cultura de desconfianza y malestar en la ciudadanía. Los recursos municipales, que deberían estar destinados a proyectos prioritarios como el mantenimiento de infraestructuras, la iluminación pública o la recolección eficiente de basura, terminan diluyéndose en gastos que no benefician al municipio.
Esta situación también pone de manifiesto una falta de visión a largo plazo por parte de las autoridades locales, quienes a menudo carecen de planes estratégicos que impulsen un desarrollo sostenible para sus municipios. Las prioridades parecen estar desalineadas con las verdaderas necesidades de la población, lo que perpetúa problemas crónicos y limita el progreso.
Es vital que los ciudadanos exijan rendición de cuentas y que se promueva una gestión transparente y eficiente en los ayuntamientos. La municipalidad no puede seguir siendo rehén de intereses particulares o de la negligencia administrativa. Las alcaldías deben actuar con responsabilidad, optimizando los recursos disponibles y enfocándose en atender las necesidades reales de la comunidad.
Finalmente, la situación de Santo Domingo Este y de muchos otros municipios en la República Dominicana requiere una revisión urgente. No solo es necesario que el gobierno central cumpla con la entrega completa del 10% de los ingresos que corresponde por ley, sino también que las autoridades locales adopten una gestión más eficiente y transparente. Solo así podremos avanzar hacia un modelo de administración municipal que verdaderamente responda a las necesidades de los ciudadanos y promueva un desarrollo sostenible y equitativo.
