Por LEONARDO CABRERA DIAZ
Los movimientos y partidos políticos están en los aprestos de conformar las boletas electorales que presentarán a la población en febrero y mayo del 2024
A tal efecto utilizan métodos como las encuestas, las primarias, asambleas de delegados, reservas y las alianzas o coaliciones. Estas últimas, en lo que refiere y concierne a las elecciones municipales, deberán concretizarse a más tardar el día 10 de noviembre próximo, y el día 4 marzo del 2024 para los niveles congresuales y presidenciales.
En estos procesos radican los pasos más engorrosos y difíciles en que los partidos tienen y deben emplearse a fondo para salir lo menos lesionados posible por los enconos y disgustos de quienes resulten afectados por los amarres y acuerdos a que arriben las altas instancias partidarias.
En tal virtud, puede resultar una tarea altamente difícil al momento de responder y dejar satisfechos a los desplazados cuando estos les cuestionen: » ¿por qué fulano y yo no?…yo que he dejado las suelas de mis zapatos, trabajando de sol a sol, por éste partido, y gracias a eso, hoy ustedes tienen el poder de decidir mi suerte?. Así me pagan todo mis sacrificios y los sudores derramados».
Otro aspecto no menos complicado y traumático, además de resultar ser un trago bien amargo, es el hecho de tener que apoyar a sus opositores de ayer, que en virtud de las alianzas o coaliciones, son postulados en las boletas de sus partidos, precisamente, en los cargos a los que ellos siempre aspiraron y entendían que había llegado su oportunidad. Su turno.
Así pues, quienes mejores estrategias apliquen frente a las dificultades de los procesos internos para estructurar las boletas electorales y la escogencia de los candidatos, evitarán dolores de cabeza posteriores y necesitarán algo más que aspirinas.
Todo con Dios. Bendiciones