Por Milton Olivo
Creo que la República Dominicana, perdió el rumbo a partir del 30 de mayo de 1961 con el ajusticiamiento del Generalísimo Trujillo. Y apenas comienza a retomarlo a partir del 2020 con el inicio de la persecución real de la corrupción y la impunidad.
Es evidente que a nivel macroeconómico la política económica de la dictadura fue el último y gran modelo exitoso, enfocado en impulsar el aparato multisectorial productivo de la nación.
Su legado, ingenios azucareros, refinería de petróleo, fábrica de cemento, de pintura, de vidrio, de clavo, de alambre, de pintura, de armas, textil, de algodón, Marmolería Dominicana, además del periódico El Caribe, chocolatera, la flota Mercante, la Manicera, Radio Caribe, Radio y Televisión La Voz Dominicana, una tabacalera, y los bancos de Reservas, Agrícola y Central, etc.
El Dr. Joaquín Balaguer se enfocó en construir en cada municipio; escuela, centro de salud, acueductos, e instalaciones deportivas para los jóvenes. Y fue la turbina impulsora del modelo de Zonas Francas, las zonas industriales, el turismo y la reforma agraria.
Soy de opinión que hay que retomar democráticamente el modelo económico de Trujillo. Basado en enfocar los recursos disponibles para crear las industrias necesarias, buscando la autosuficiencia y la sustitución de importaciones como fórmula de erradicar el desempleo e impulsar el desarrollo nacional.
Los diversos sectores potenciales generadores de riqueza y empleo de la sociedad dominicana están secuestrados por los sectores importadores. Donde un pequeño grupo se enriquece importando furgones de cosas que podríamos estar produciendo en el país y exportando para crear empleos y divisas. Y quizás el ejemplo más concreto es lo que sucede con el sector pesquero.
Donde la República Dominicana, una pequeña isla con el potencial de convertirse en uno de los principales suplidores globales de pescado, por estar ubicada entre el Océano Atlántico y el Mar Caribe, con 32 presas hidroeléctricas y decenas de ríos para suplir de agua la potencial producción acuícola, en el presente importa más de 80% del pescado y productos del mar que se consume, incluyendo el consumo de los turistas que nos visitan.
Debemos superar la división por colores que han establecido los líderes de los partidos tradicionales. Superar la visión caníbal de que la política es ir a buscar lo mío. Cuando debe ser para crear las condiciones para la solución de los problemas de todos.
Siempre se ha afirmado que un barco que no sabe dónde va, ningún viento le será favorable. Lo mismo sucede con los pueblos, con las sociedades y con los individuos.
Necesitamos hacer realidad un país de pleno empleo, oportunidades y excelentes servicios públicos. Para lo que necesitamos un sistema de justicia honrado. Un país donde sea prioritario el desarrollo productivo nacional. Que garantice un nivel de seguridad aceptable a sus ciudadanos.
Mi ilusión es un consejo nacional de la magistratura, formado por los rectores universitarios. Que los decanos de ciencias jurídicas universitarios designen el procurador. Que se establezca el sistema de jurados en la justicia. Que los gobernadores provinciales sean electos democráticamente, tengan sus ministerios y presupuestos. Y que la PN, sea descentralizada y convertida en policía de DN y Policías Municipales. Donde los consejos de regidores designen los respectivos directores.
El compromiso histórico de las generaciones de relevo debe ser erradicar el sistema de corrupción e impunidad que ha reinado y tolerado en las últimas décadas, hasta el 2020. Y convertir la RD en un Japón del Caribe.
Pero como el todo es el reflejo de las acciones de las partes, sólo será posible si los ciudadanos o la mayor parte, nos proponemos hacer realidad el magno objetivo de hacer realidad una Quisqueya potencia.
*El autor es activista por una Quisqueya potencia.