POR TEODULO ANTONIO MERCEDES
La frontera dominico-haitiana desde el punto de vista geográfico tiene una extensión de 390 kilómetros, lo cual se puede observar desde la desembocadura del río Dajabón o Masacre en el extremo Norte de la isla, hasta la desembocadura del río Pedernales en la parte Sur.
Esto constituye un espacio constituido por recursos mineros y acuíferos, cuyas ventajas de competitividad local para el crecimiento económico precisan de acciones específicas de políticas de desarrollo sostenible, lo cual ninguna del parte se ha dedicado a llevar a cabo.
Solamente el Ministerio de Energía y Minas, de la Republica Dominicana, en la gestión del licenciado Pelegrín Castillo, realizó planes y programas específicos con relación a la hidrología de la región, donde está la principal fuente de agua de la isla española: la cuenca más importante de Haití -la naciente de la cuenca del rio Artibonito-, y también, la cuenca más importante de la República Dominicana -la desembocadura del rio Yaqué del Norte.
Es una zona de soporte ambiental para la reproducción de la flora y fauna, por su gran riqueza y diversidad de ecosistemas y hábitats, tanto en variedad de suelos y sustratos ecológicos, como por las condiciones climáticas y relieve del lugar.
Deterioro ambiental
La zona de frontera presenta un deterioro medioambiental con una considerable merma de la foresta, motivado al alto nivel de pobreza y una débil gobernabilidad para la protección de los recursos naturales.
El uso irracional de los suelos en la agricultura de subsistencia y del carbón proveniente de la leña como fuente de energía, ha aumentado progresivamente la deforestación, impactando la erosión de los suelos y la capacidad de filtrado de las cuencas fluviales hacia el suelo y el subsuelo, en un agotamiento de los ríos, que desaparecen en periodos de sequía.
En la República Dominicana la situación ha mejorado de manera significativa pues con gran trabajo se ha logrado ampliar de 12% a 39.7% el total de la superficie boscosa, aunque la mejoría es más lenta en las provincias de la frontera; mientras que en Haití la situación es muy compleja, ya que la cubierta forestal que se determinó en el año en 2013 sólo fue 3.6% del total de la superficie boscosa, esta situación según datos del Banco Mundial, de deterioro ambiental de ese lado fronterizo se debe según algunos investigadores a la explosión demográfica que experimenta la zona con una población en condiciones de pobreza extrema.
Mientras los departamentos en Haití crecen 1.3%, las comunidades fronterizas crecen en cerca de 4%, y en el caso de la ciudad de Ouanaminthe , el crecimiento poblacional se dispara a 20%.
En la frontera dominicana se encuentra mineral explotable de Bauxita, Aluminio y mármol así como Titanio en Monte Cristi, de igual manera, entre los numerosos proyectos mineros ( más de 30) hay Oro, Plata, Cobre y Zinc, y como mineral no metálico, gran cantidad de Caliza.
En ese entorno se puede ubicar el proyecto de Neita que, desde el punto de vista geográfico, es uno de lo más grande del país y pertenece a la compañía de Canadá llamada Unigold Resources.
Por el lado de Haití, desde el año 2006, el Buro de minas y Energía de Haití, ha entregado 53 permisos mineros para exploración, prospección y explotación, abarcando un11%de todo el territorio. Los primeros permisos de explotación se concedieron a la compañía Resourses Majescor Mineral Inc en 2012 y a Eurasian Mineral Inc en 2015.
Pero el proyecto minero mas cerca a nuestro territorio que colinda con el proyecto Neita, en Restauración, es el proyecto La Miel que el principio perteneció a Eurasian Mineral Inc, pero que producto de negociaciones paso a mano de Newmont Mining inc, compañía estadounidense y mayor productora de oro del mundo. Este proyecto ha sido criticado duramente por una parte de la población haitiana.
En esa región, la presión hídrica del lado nacional es superior al promedio general, lo que crecería con la apertura de un nuevo frente minero, si se apertura una nueva empresa minera.
Para evitar tal situación es necesario tomar a tiempo las medidas necesarias que normen y regulen el suministro y distribución de las aguas, creando entidades que permitan un entendimiento razonable en tiempo en que no existe convulsiones, pues con un frente de mina, el consumo de ese apreciado líquido, crecería de manera desproporcional, sin contar conque otra parte producto de las operaciones podrían contaminarse, para mayor desasosiego de la región.